Servicios Secretos

30 septiembre, 2006

Cito, de fuentes como El Mundo o El País, «La Inteligencia de EEUU admite que la intervención en Iraq ha incrementado la amenaza terrorista» o «el informe o ‘evaluación nacional de inteligencia’ -elaborado por los 16 servicios secretos estadounidenses y presentado al Congreso en abril- predice una mayor variedad de amenazas contra los intereses de EEUU tanto en su territorio como en el extranjero, lo que conducirá ‘a más atentados en todo el mundo'»

Estooooo, no se ni por donde empezar. A ver, ¿cuantos servicios secretos hay en EEUU? ¿16? ¿Para qué? A mi es que esto me resulta muy extraño. Te tiras media vida pensando como está organizada la seguridad de los yankis a base de ver peliculas y cuando llegas a ciertas conclusiones, luego resulta que naranjas de la china.

Yo creía que el servicio secreto era la CIA, luego estaba el FBI que era más para asuntos internos y luego ya aparecían otras agencias como la Agencia de Seguridad Nacional que revoloteaban entre unos y otros. No, mal, error. 16 Agencias de Inteligencia. Joder, aquello debe estar subvencionado por el estado porque si no, es que no me cuadra. Ya me imagino al típico pelirrojo con su gorra de NY y su camisa de cuadros en el banco a solicitar un prestamo:

– Digame, ¿Qué desea?

– Pues nada, que venía a pedir un prestamo para abrir una agencia de inteligencia.

– Ah, muy bien, rellene el formulario estandar de servicios secretos y entregueselo a la secretaria.

Y otra cosa, ¿de donde sacan al personal? porque después de ver a ciertos personajes de la vida política estadounidense es que no me cuadra. Supongo que se los traeran de India, como los programadores, los meterán en un barco en medio del mar y les dirán algo como «Ala, ahora a ver lo que averiguais». Seguramente les darán plazos porque si no es que no me explico el objetivo de este informe. «La Inteligencia de EEUU admite que la intervención en Iraq ha incrementado la amenaza terrorista». Guau, menudo servicio de inteligencia. 4 años han tardado en darse cuenta, y eso que tienen tropecientas agencias.

Lo mismo es que las agencias son específicas, habrá una agencia de inteligencia para la guerra de Iraq (seguramente formada por jugadores de futbol americano o políticos jubilados), u otra para la explotación del cangrejo silvestre en las praderas de Wisconsin. Hasta la lavaderías tendrán servicio de inteligencia:

– Oiga, es que he hecho la colada y se me ha perdido un calcetín.

– Hable con el servicio de inteligencia, allí al fondo a la derecha, junto al detergente para ropa de color.

Claro, luego la oposición yanki lo usa en contra del gobierno, que son tontos pero a esto llegan, y pasa lo que pasa, Bush pone cara de poker, se pone nervioso y se cae con su Segway; pobret, que dirían algunos. Si el no tiene la culpa. Representa la cúspide del sueño americano, lo más de lo más, lo que nos han estado enseñando en sus películas a lo largo de los años, que cualquiera puede llegar a presidente. Lo peor de todo es que es como una especie de deseo introducido genéticamente porque hasta el más pringao quiere serlo.

– Papá, ¿tú crees que llegaré a presidente?

– Si hijo, estoy seguro.

– ¿Aunque sea negro, paralítico, sordo, ciego, calvo, comunista, hable a través de un ordenador y esté a punto de morir a consecuencia de que me han acribillado por distribuir droga en la puerta del congreso?

– Si hijo, estoy seguro de que serás el primer presidente sordo ciego negro de la historia.

Manda huevos, que diriamos por aqui.

Las cosas claras

13 septiembre, 2006

Esta tarde, al llegar a mi piso, cansado del trabajo o de trabajar que no es lo mismo, he ido directamente al baño a refrescarme un poco la cara, porque a pesar del día de perros que hizo ayer hoy hemos tenido que soportar de nuevo un calor de mediodía horrible.

Mientras refrescaba mi dulce y aterciopelada tez he descubierto que alguien había dejado tirada una bolsa de plastico junto al lavabo, sobre la cosa esta que es una encimera de baño pero que no se llama encimera, llamemosla lacosaestaqueesunaencimeradebañoperoquenosellamaencimera para abreviar. La bolsa contenía diversos artículos típicos de la zona en la que se encontraba como son cepillo de dientes, peine, cepillo, crema dental, colonia, maquinilla de afeitar y espuma de idem desparramados sobre lacosaestaqueesunaencimeradebañoperoquenosellamaencimera.

Me ha extrañado porque mis compañeros tienen cada uno su bolsa de aseo que desparraman por el baño y que he podido localizar rapidamente así que he deducido (aquí tengo que anotarme un punto, listo de mí) que no era de ellos. No he querido darle más importancia al asunto así que he reptado hasta la cocina para hacerme de comer. Estaba yo en ello cuando he oido música que procedía del salón así que presto y veloz me he dirijido hasta allí para discutir con mis compañeros mis nuevas teorías sobre la masturbación colectiva y el onanismo tántrico. Cuan ha sido mi sorpresa cuando he descubierto que, alguien en un descuido se había dejado tirado un señor en mi sofá.

Este señor se hallaba dejado caer sobre lacosaestaqueesunrespaldodesofáperoquenosellamarespaldo y para más inri se encontraba el pobre sin camiseta, camisa o algún objeto cubrepecho que tapara su desnudez, o lo que es lo mismo, con el torso desnudo o como se denomina vulgarmente, «medio en pelotas».

Ha sido una mirada fugaz la que nos hemos cruzado pero al observar su cara de empanamiento he deducido rápidamente que era amigo de mi compañero de piso Tino que no se como se las apaña pero siempre se rodea de tontascos y mongolos. En una época más pretérita de mi vida habría optado por putearle, echarlo de casa o simplemente gritarle una serie de improperios sin que entendiera nada ya que, por si no lo había dicho, también deduje que era italiano.

Como mi juicio se ve afectado por la edad he decidido saludarlo como si tal cosa y dejarlo ahí reposando las pelotas en mi sofá dejandole conocer mi nombre y poco más, aunque por si las moscas he apretado su mano con fuerza para que supiera quien es el amo de la casa, el rey de la selva, el dueño de la bandera, el señor de las hembras del lugar, el único de los dos que tiene derecho a polinizar a una hembra en esta santa casa. Parece que lo ha entendido a la primera así que se ha replegado al sofá, terreno que conoce de sobra y se ha mantenido allí durante toda la tarde, ni ir a mear lo he oido.

Y es que es importante amiguitos dejar claro quien lleva los pantalones (en este caso la camiseta) en un piso, no vaya a ser que luego haya confusiones y se atreva a abrirme la puerta cuando yo esté durmiendo y él vuelva borracho esta noche.